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FORMAS DE CONSERVAR EL PAN

El pan es un producto perecedero, ya que en poco tiempo desde su compra comienza a endurecerse al ir perdiendo humedad. En especial, el verano afecta mucho al pan ya que éste se reseca enseguida y queda casi sin miga.

 

 

 

 

 

 

 

 

La primera causa por la que el pan se va estropeando:

  • Es la pérdida de humedad en las moléculas de almidón el principal constituyente en la miga del pan.

 

  • Las moléculas pierden el agua de su interior y se degradan  Por ese motivo según va pasando el tiempo, el pan se queda duro o se vuelve correoso como si se tratara de un chicle. Todo esto se puede evitar, o por lo menos retrasar.

1. Guarda el pan entero sin partirlo en porciones.

Es recomendable cortar solo las rebanadas que se vayan a comer y dejar el resto del pan de una pieza, tapando el extremo abierto con plástico de cocina o papel aluminio, ya que la corteza del pan protege la miga del interior, de forma que ésta pueda conservar su humedad, manteniéndose fresca. Pero, cuando lo cortamos, aumenta la superficie de miga expuesta al ambiente y se produce una deshidratación más rápida.

 
 
 
 
2. Conserva el pan en una panera, una bolsa de tela o una bolsa de papel

 

En cualquiera de esos tres envoltorios, el pan puede “respirar” y se evita que se reseque enseguida. Una buena forma de conservar el pan es cubrirlo con un paño de cocina y si hace mucho calor, se puede rociar ligeramente el trapo con un spray de agua para que el pan pueda tomar algo de agua del trapo sin perder la suya.

 

 

 

3.       El pan y la nevera

 

Meter el pan en la nevera no es aconsejable ya que la baja temperatura y la humedad del interior no favorece la conservación del pan.

Hay una excepción que es el pan de molde que sí se puede conservar mejor dentro de la nevera. Este se debe meter el paquete de pan dentro de otra bolsa para aislarlo más de la humedad y el frío. Así aguanta perfecto, incluso más allá de su fecha oficial de caducidad indicada en el envase.

 

 

4.       El pan y el calor

 

Es importante no guardar en bolsa el pan caliente porque también le afecta. Es mejor dejarlo a la intemperie hasta que se haya enfriado y después meterlo en la bolsa de papel o de tela. Por otro lado, no dejar nunca el pan al sol.

 

 
 
5.       El truco de la fruta o la papa

Consiste en meter un trozo de papa o de manzana en la bolsa del pan para que la humedad de esa pieza ayude al pan a mantener más tiempo la suya propia. Así combatimos la deshidratación del pan durante más tiempo, haciendo que esté fresco durante unas horas más que sin meter el trozo de fruta.

 
 
6.       Congelación

 

El pan congelado y descongelado a temperatura ambiente es bastante bueno, en especial si el pan se congeló pronto y si era un pan de calidad. Cuando tenemos más pan del que vamos a usar en ese caso lo mejor es congelarlo. Para ello, lo podemos cortar en porciones manejables, envolverlas en papel de cocina y después guardarlo en bolsas herméticas.

Además, justo antes de comerlo, podemos regenerar el pan para que parezca recién hecho humedeciendo ligeramente su corteza y dándole un golpe de horno a 70º.

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Hecho por alumnos de la Universidad Tecnológica de los Valles Centrales de Oaxaca

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